Sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida, ante un imprevisto, a eventos estresantes de la vida como mudarse, cambiar de trabajo o tener problemas financieros. Un cambio de domicilio o de trabajo, un accidente, o cualquier evento que consideremos un peligro o que nos resulte difícil de manejar, como, sin ir más lejos, el episodio de aislamiento domiciliario que se ha vivido en el último año a causa de la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, cuando los síntomas de ansiedad se vuelven más significativos que los eventos que los desencadenaron o se da sin que existan motivos justificados que la desencadenen, y comienzan a interferir con tu vida, podrían ser señales de un trastorno de ansiedad.
Por ello, a continuación, te presento algunas señales para identificar si debes buscar ayuda profesional:
- Preocupación excesiva: es desproporcionada respecto a los eventos que la desencadenan, es difícil de controlar, es grave e intrusiva, afectando la capacidad para concentrarse y realizar las tareas diarias. Debe estar presente la mayoría de los días por al menos seis meses.
- Sentimientos de agitación: ritmo cardiaco acelerado, palmas sudorosas, manos temblorosas, boca seca. Puede percibirse como si fuera un ataque al corazón.
- Intranquilidad: sentirse “nervioso” o con una “incómoda necesidad de moverse”.
- Fatigarse fácilmente: después de un ataque de ansiedad, o puede ser constante.
- Dificultad para concentrarse: acompañada en algunos casos de dificultad para recordar información reciente.
- Irritabilidad (en muchos casos puede ser en exceso).
- Tensión muscular la mayoría de los días de la semana
- Dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
- Ataques de pánico: miedo extremo acompañado por ritmo cardíaco rápido, sudoración, temblores, falta de aliento, presión en el pecho, náuseas y miedo a morir o perder el control.
- Evitar situaciones sociales: ya que te sientes ansioso o temeroso por las situaciones sociales que se aproximan, te preocupa que otros te juzguen, sientes temor de ser avergonzado o humillado
- Temores irracionales: temores exagerados sobre cosas específicas, como las arañas, los espacios cerrados o las alturas.
Si reconoces alguno de estos síntomas en tu vida, lo más recomendable es que acudas a un psicólogo clínico para que te brinde la ayuda adecuada, y así tener un mayor bienestar emocional.