La valoración personal abarca la aceptación personal, es decir, lo que se acepta o no de sí mismo, lo que siente sobre sí mismo.

La aceptación personal implica sentir que soy valioso, aceptarme y amarme tal cual soy, con mis debilidades y fortalezas, independientemente de si los demás me valoran o no.

Implica aceptar mi historia de vida, los momentos alegres como los difíciles, aunque no se esté de acuerdo con lo sucedido, ya que hay cosas que no podemos controlar o cambiar, sin negarlo evitarlo, ni culpabilizar siempre a los demás de lo que nos suceda, sino asumiendo también la responsabilidad de nuestros actos.

Cuando hablamos de aceptación personal estamos hablando de apreciar los talentos por sí mismos y no en términos comparativos, además de asumir el compromiso de conocer y aceptar tus propios recursos, puntos débiles, miedos, que pueden mediar en tus decisiones.

La valoración personal y el conocimiento propio

Para tener una recta valoración personal es indispensable conocernos, porque el cómo nos valoramos depende de lo que pensemos de nosotros mismos; además el conocimiento propio nos ayuda a identificar aquello en que debemos trabajar para alcanzar la madurez integral.

¿Cómo iniciar este camino?

Entrar dentro de sí, tomar conciencia de quién soy y con quiénes vivo; aceptar mi realidad. Es importante que cada uno fortalezca la relación consigo mismo, de que se encuentre con su interior, tome conciencia de la propia realidad esencial y existencial.

Implica identificar de manera objetiva mis características, mis debilidades y fortalezas, descubrir cuales habilidades, necesidades, pensamientos, sentimientos, mis formas de reaccionar ante diferentes circunstancias, aquello que me motiva, mis metas, mis responsabilidades, etc.

Hay que tener en cuenta que este conocimiento es un proceso continuo que no se finaliza porque hay cosas de nosotros mismos que no siempre se manifiestan, y hay otras que pueden ir cambiando como nuestros gustos y metas.

¿Por qué es importante?

Permite la búsqueda de la verdad en nosotros mismo, identificar el sentido de vida, cuáles son nuestras luchas y cómo enfrentarlas, nos permite comprendernos, genera una dinámica de apertura al cambio.

El conocimiento propio acarrea la importancia de un elemento como es el descubrimiento de la propia dignidad, que lleva también a descubrir la dignidad del otro.

Sólo desde el conocimiento del sí, se es capaz de enfrentarse de un modo humano con la realidad. De otra manera, la vida corre el riesgo de convertirse en un activismo, una lucha por la supervivencia o una huida continua de sí, no teniendo claro para dónde va, aplica su vida a algo distinto para lo que fue creado, y termina hiriéndose e hiriendo a los demás.

Algunas preguntas para que reflexiones sobre tu aceptación personal:

¿Hay algo que no aceptes de ti mismo, que no te guste o te avergüence? Escribe 3 cosas que vas a realizar para trabajar en tu aceptación personal.

¿Cómo te encuentras en cada área de tu vida? Afectiva-sexual, Espiritual, Académica –laboral, Física, Social, Familiar.

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